Entre montañas y lagos, la ciudad se ha transformado en el refugio ideal para disfrutar de la Semana Santa. Desde aquí se pueden visitar algunos de los símbolos religiosos más importantes de la Argentina, enclavados en la región andina.

17 Abr 2014
    

La elección del Papa Francisco ha generado sin lugar a dudas una bocanada de aire fresco y renovador en el seno de la iglesia católica, pero fundamentalmente ha movilizado la fe y esperanzado a millones de argentinos. El Papa latinoamericano, no sólo estimula a que millones de personas, vuelvan a creer en la Iglesia Católica, sino que además invita a miles visiten y se acerquen a todos aquellos símbolos que construyen la filosofía la religión cristiana.

Esta Semana Santa, San Martín de los Andes, se propone como un refugio ideal para acceder al Vía Cristi de Junín de los Andes, la iglesia San José, el Santuario de la Beata Laura Vicuña y el Cultrún donde descansan los restos de Ceferino Namuncurá.

El Vía Christi (camino de Cristo) ubicado en las inmediaciones del Cerro de la Cruz, a pocos metros del centro de Junín de los Andes fue creada y dirigida por el Arquitecto Alejandro Santana. Este parque recuerda en un recorrido pedestre de más de 2 Km., los momentos destacados de la vida de Jesucristo. Se pueden recorrer 23 estaciones inauguradas, las cuales contienen imponentes estatuas. En ellas se cuenta con un lugar para orar y ejercer la práctica religiosa en un marco paisajístico natural, recreado para tal fin.

Lo interesante de esta obra es, al igual que en el santuario, la manifestación de lo cristiano y lo mapuche en forma entrelazada. Las esculturas poseen rostros que adoptan rasgos de los pueblos originarios de la zona, siendo estos conjuntos escultóricos acompañados por placas en relieve que hacen un paralelo entre la vida de Cristo, la Iglesia, Ceferino Namuncurá (“piedra con forma de pie”) y Laura Vicuña y la historia de los pueblos aborígenes americanos.

Cada parada es una plaza seca de 12 mts. de diámetro, imitando al sol (símbolo importante en casi todas las culturas del mundo. En ella se encuentran figuras decorativas construidas a mano, imitando imágenes de culturas precolombinas de suelo argentino. Las figuras principales se esculpen originalmente en arcilla. Luego pasan a un modelo de yeso, que produce un negativo de la misma. Ese molde una vez seco, se corta cuidadosamente y se rearma en el sitio de emplazamiento definitivo, llenándolo de hormigón. Una vez firme se quiebra el molde de yeso y se pulen los detalles.

Por la senda de Ceferino

Otros de los sitios que suele ser por estos días, muy visitado por los turistas es el lugar donde descansa Ceferino Namuncurá, quien nació el 26 de agosto de 1886 en Chimpay y falleció  el 11 de noviembre de 1905 en Italia, a los 18 años. En 1924, sus restos fueron repatriados y depositados en Fortín Mercedes, a orillas del río Colorado. En el año 2007, después de estudiar algunos de sus milagros, el papa Benedicto XVI dispuso la beatificación del joven mapuche. Dos años más tarde, por pedido de la comunidad mapuche Namuncurá, afincada en San Ignacio, se trasladó la urna con las cenizas del beato al paraje neuquino.

Desde aquel momento en llegaron los restos de Ceferino, la urna fue depositada sobre una roca de un metro cúbico, que solían utilizar los integrantes mayores de la comunidad Namuncurá para subir a su caballo y tiene un fuerte valor simbólico. Alrededor de la piedra, se construyó un monumento con forma de kultrún (el pequeño tambor sagrado para la cultura  mapuche), diseñado por el arquitecto y artista Alejandro Santana, quien también realizó el camino del Vía Christi en el cerro de La Cruz, en Junín de los Andes.

Sin lugar a dudas, todos y cada uno de estos lugares, se convierten en una forma diferente de meditar y recordar los pasos de Jesús en su vida como hombre y como Dios en la tierra.  Una meditación que se revela con fuerza conmovedora, expresándonos por estos días, las instancias cruciales de su paso por este mundo, su pasión, muerte y resurrección.