Mediante un diagnóstico elaborado por el equipo de trabajo regional, la FAO determinó que Neuquén tiene un gran potencial para la producción alimenticia: posee gran cantidad de tierra y agua para intensificar y extender la actividad agropecuaria en las zonas que actualmente están explotadas y en nuevas áreas que pueden ser irrigadas.

29 May 2015
    

El potencial que tiene la provincia del Neuquén para ampliar la superficie bajo riego mediante la incorporación de nuevas áreas y la mejora de los sistemas actuales quedó en evidencia ayer por la mañana al presentarse el diagnóstico elaborado por un equipo de trabajo regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Según ese estudio, denominado “diagnóstico y prospectiva del potencial de ampliación de áreas bajo riego en Neuquén”, la provincia tiene actualmente más de 27 mil hectáreas relevadas en 87 sistemas de conducción y distribución de agua para riego -de las cuales alrededor de 19 mil están actualmente bajo riego- y puede llegar a incorporar casi 280 mil hectáreas nuevas de suelo apto para el cultivo que podría ser sistematizado para riego.

Esa cifra adquiere mayor relevancia si se toma en cuenta que en la Argentina existen actualmente 2.100.000 hectáreas irrigadas en producción y, según el Prosap, el país tiene un área potencial de 1.400.000 hectáreas adicionales, de las cuales 530 mil corresponden a las provincias de Río Negro y Neuquén y representan una cifra cercana al 40 por ciento de ese potencial.

“Nuestro suelo y nuestro clima tienen las condiciones para un sinnúmero de actividades productivas que tiendan a la producción de forrajes para nuestro ganado y también para la producción de frutas, verduras y hortalizas para el consumo de los neuquinos, de la región y de todos los trabajadores que se van a incorporar a la provincia en función del desarrollo de los hidrocarburos”, afirmó el ministro de Desarrollo Territorial, Leandro Bertoya, y remarcó que “también tiene, por sus condiciones sanitarias, productos de excelente calidad reconocidos a nivel mundial que nos abren nuevas puertas al exterior”.

Todos estos datos fueron dados a conocer durante una presentación efectuada en Neuquén en la que participaron, además, el coordinador ejecutivo de la Unidad de Cambio Rural (UCAR)-Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (Prosap), Jorge Neme; el representante de la FAO en Argentina Valdir Welte y los subsecretarios de Planificación y Acción para el Desarrollo-Copade, Sebastián González y de Producción, Amalia Sapag, entre otras autoridades.

En representación de la organización internacional asistieron también el oficial de Programas FAO, Francisco Yofré y el director del equipo de trabajo regional FAO para Neuquén y Río Negro, Selim Mohor.

Según acotó Bertoya, la presentación se enmarca en el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Nacional, el Plan Productivo Provincial -creado por Ley 2669- y los lineamientos que la FAO fijó para su estrategia de colaboración con la República Argentina.

La provincia del Neuquén adhirió en 2013 al Programa “Desarrollo institucional para la inversión” promovido por FAO y el ministerio de Agricultura de la Nación a través del Prosap, que tiene como objetivos principales mejorar la competitividad de las actividades agropecuarias y sus encadenamientos con nuevos mercados y contribuir al fortalecimiento de las capacidades institucionales y técnicas provinciales y locales para definir y aplicar políticas públicas, formular y ejecutar proyectos de inversión participativos.

Gracias a ese acuerdo se conformó el ETR FAO encargado de elaborar, en esta primera instancia, el diagnóstico presentado en el cual se destaca el lugar que ocupa Neuquén en el contexto nacional por su “considerable” potencial de agua y tierra, así como la infraestructura en comunicación que ha logrado integrar su territorio y permitiría extender el desarrollo rural y agrícola.

En ese sentido, el subsecretario del Copade recordó que durante la elaboración del diagnóstico se estudió la situación de las áreas de riego actuales y aquellas con significativo potencial, además de efectuar una pormenorizada revisión del contexto de políticas públicas e incentivos a la inversión agrícola. De hecho, la presentación se organizó en torno a dos paneles: uno de los cuales se concentró en las políticas públicas para el impulso de la agricultura irrigada y el otro, en las conclusiones y propuestas del diagnóstico de los principales valles y áreas con potencial agrícola.

Al ser consultado sobre los pasos a seguir de aquí en más, González consideró que hay obras que ya están en ejecución -como el proyecto de modernización del sistema de riego en San Patricio del Chañar, que requerirá una inversión de más de 32 millones de dólares- y otras que se han concretado, como es el caso de Añelo, que involucró una inversión de más de 10 millones de dólares.

No obstante, aclaró que otros proyectos “están en evaluación” e irán mejorando la infraestructura de riego existente en la primera fase para avanzar en la puesta en valor de las 280 mil hectáreas que, según el diagnóstico, la provincia puede poner bajo riego en los próximos años. Para ello -remarcó- será necesaria “una inversión cuantiosa que, seguramente, tendrá que ser público-privada y que requerirá la elaboración de nuevos proyectos ejecutivos de obras que habrán de ser presentados al menos en las dos próximas gestiones a los organismos nacionales e internacionales de financiamiento”.